ACUMUER-ASÚN. LA SENDA DE LOS ESCOLARES
Aunque durante décadas estuvo casi impracticable,
cualquier persona sensible que ahora se aventure por sus vericuetos, tendrá la percepción
inexplicable, pero bien reconocible, de
que hubo un tiempo en que ese camino estuvo lleno de vida y entre sus
recovecos, ripas y pinares, podrá revivir el alegre transitar de los niños y
niñas de Asún, que todos los días, temprano en la mañana bajaban con sus
carteritas a la escuela de Acumuer.
En los años 60 Asún contaba con una fuente, una iglesia y
cinco casas: Chil, Pedrochil, Dámaso, Vitorián y Ambrosio.
Vamos ahora con los niños y niñas de Asún: Araceli, Dora,
Leonor, Maribel, Pilar, Nati y Salvadora. Honorio, Pepe, Ramonito y Saturnino.
Andarían entonces por los 12-14 años.
Raramente los niños estarían solos en la senda que unía
Acumuer con Asún, una especie de barrio. Los padres de esos zagales, y de esas
crietas, bajaban con sus machos cargados de trigo hasta el molino de
Acumuer.
En Fiestas las chicas de Acumuer estaban muy atentas a las
laderas del monte Bachato. De repente aparecían os mocetes con sus camisas
blancas resplandecientes, bien mudados para el baile. Tenían entonces unos
minutos para arreglarse las trenzas.
¿Surgirían amores en ese camino, que hasta tenía un puente?
Pues claro. Las chicas se demoraban cuando sus madres las mandaban a por agua,
y mientras tanto no era difícil encontrarse con el chico por el que suspiraban,
ja, ja!
En cierta ocasión, con motivo de las fiestas, dos mozos de
Asún volvían a su pueblo después del baile. El caso es que a la mañana
siguiente no habían llegado a sus casas.
Sus padres salieron a buscarlos y los encontraron a los dos abajo en la
ripa durmiendo la mona, sanos y salvos. También era habitual que un jovenzano,
en representación de los mozos de Asún, obtuviera el permiso de los padres para
que las chicas de Acumuer subieran al baile. Ocurrió que cayó una tremenda
tormenta y as mocetas fueron convenientemente alojadas en Asún.
Las planas de Bachato eran el escenario de un simpático
pillerío organizado por los jóvenes de Acumuer. Resulta que durante un día se
permitía ¨robar¨ sin consecuencias, pero no era tan sencillo porque los vecinos
ocultaban as crabas y los mozos tenían que descubrirlas y ordeñarlas. Con la
lechera llena esperaban a las chicas que subían con el arroz y allí mismo
hacían fuego para cocinarse un delicioso arroz con leche.
Descubrir el camino, engullido por la maleza, no ha sido
sencillo pero está habilitado para senderistas expertos. Nuestra perra Chucky fué de gran utilidad. Las personas que
padezcan vértigo deben abstenerse de intentarlo.
Nos hemos permitido rebautizar el camino, en homenaje a esos
muchachitos y muchachitas de Asún, ahora fagocitado por la vegetación, que lo
recorrían a diario para llegar a la escuela en Acumuer para volverse por la
tarde, a veces con lluvia, si no era nieve, calzados con albarcas, tal vez con
maripís. El sendero sorprende por su variedad y osadía. Los entornos son de una
belleza estremecedora. Si nos dejamos seducir por los horizontes del valle del
río Aurin, seguro que llegaremos a escuchar el parloteo y las risas de aquella
¨gente menuda¨ despreocupados y felices, correteando como perdices.
En su recuerdo, y por el optimismo y la alegría que nos
invade al evocarlos, la vamos a llamar la Senda de los Escolares.
Grupo Alpino
GMS
Disfrutar la
montaña y amar a sus gentes.
2022
ADVERTENCIA: LAS PERSONAS QUE PADEZCAN VÉRTIGO DEBEN ABSTENERSE DE INTENTAR LLEGAR A ASÚN POR ESTE FLANCO MONTAÑOSO. EN CASO DE EXTRAVÍO EL MONTE ES MUY TÚPIDO Y ABRUPTO CON PELIGROS INESPERADOS.