viernes, 11 de febrero de 2022

SIERRA DE ALCUBIERRE. MONTE OSCURO Y RAYARES DE FARLETE

 

Jesús, Gonzalo Casamayor, el montañero monegrino, natural de Alcubierre que ha venido a buscarnos a Tardienta, y mi  compañero Luis Miguel. 18 de enero de 2022. Alcubierre. Ampliar la imagen haciendo click. Vamos a empezar la travesía norte - sur de la Sierra de Alcubierre y Gonzalo nos advierte de que debemos seguir siempre el camino más ancho. En vano, porque despistados por las señales de BTT, nos desviaremos al oeste, y luego al noroeste. Amaneceremos sobre la carretera cerca de Leciñena, y persistiendo en nuestro error nos introducimos casi en los montes de Perdiguera. Esa parte occidental de la sierra se llama Monte Oscuro, por sus bellos sabinares. LLevamos casi ocho horas caminando por pistas y monte a través y no paramos de encontrarnos bifurcaciones. Ya casi será de noche cuando encontremos una cabaña, bastante sucia, donde pasar la noche protegidos de la helada. Será una hermosa e inolvidable aventura. Pero no conseguiremos llegar a San Caprasio.

 

Señales de BTT, pero no van a San Caprasio, y tampoco a ningún sitio. Ya es el segundo extravío y vendrán unos cuantos más conforme nos vayamos alejando del, correcto, rumbo sur. La pista de la derecha acaba en unas ruinas y tiraremos monte a través siempre hacia el oeste y cada vez más alejados de la ruta correcta. No tenemos descargados los mapas de la Sierra de Alcubierre. El GPS es inútil. Vaya espabilado que soy. El sol es nuestra única referencia pues los árboles no nos dejan ver el bosque.



Totalmente monte a través, buscando los claros del monte. Luis Miguel en acción, muy cargado con su mochilaco lleno de víveres. Saldremos a unas campas, un cortafuegos y una pista que recorrí en bicicleta hace años pero que sé que desciende a Leciñena. Intentaremos seguir el cordal por el cortafuegos pero nos está llevando hacia el oeste.



Hemos de abandonar el cortafuegos y retroceder a coger una pista que se dirige al Este. Muy, pero que muy a lo lejos, divisamos las cúpulas de San Caprasio. Caminamos dos horas en esa dirección pero San Caprasio cada vez parece más lejano. Constantemente intentamos mantener el rumbo y superamos varias bifurcaciones. No nos quedan ni dos horas de luz y decidimos tomar una bifurcación, pista agrícola y forestal, que desciende al sur. Temo que si se nos hace de noche tendremos que tomar los desvíos a ciegas, sin referencia visual, y podemos acabar internados otra vez en los valles de pinos que van hacia Alcubierre. Será una decisión acertada. Qué suerte!




Han sido más de doce horas durmiendo a pierna suelta. Justo cuando empezaba a anochecer nos topamos con esta cabaña justo al lado del camino. Está sucia pero tiene mesa y colchones. Hemos hecho sopa y cenado copiosamente embutidos, queso, dulces, etc. Los dos estábamos cansados y hambrientos. Mañana llegaremos a Farlete, y no creo que esté ya muy lejos. Además hay cobertura y contactamos con Ricardo para avisarle de que llegaremos sobre mediodía. Ya es de día cuando salimos del saco y preparamos café caliente y cereales para desayunar. Estamos en plena forma. Seguiremos la pista. A ver. Sería una putada que fuera hacia Perdiguera.




Un día esplendido y agradable. No sabemos donde estamos. Yo diría que, más bien más cerca de Perdiguera que de Farlete. Recogemos todo y emprendemos la marcha siguiendo la pista. Pero, leches! gira hacia el oeste en dirección opuesta a Farlete. Decidimos abandonarla y tirar campo a través por un sembrado en dirección sur este. Chasco! Los campos se acaban bruscamente y ante nosotros se abre un panorama muy inquietante. Es el escalón sur de la Sierra de Alcubierre, los famosos Rayares de Farlete, con sus encajonados, impracticables y peligrosos barrancos y su vegetación espinosa e intransitable. Las llanuras agrícolas están abajo muy lejos. Joder, qué problema! Pues nada. Luis Miguel estudia el terreno y decide que lo intentemos.




Flaqueamos sobre unos escarpes. Vamos encontrando traza de los senderos de los animales (jabalíes) y probamos a ver si pudiéramos alcanzar un sendero en una ladera no muy distante, pero tres barrancos profundos nos cierran el paso. Intentaremos seguir las crestas terrosas caminando por la traza de los animales y poco a poco perdemos altura. Nuestro espolón va a morir a una encrucijada de barrancos pero podemos recorrerlo brevemente y luego trepar a otra sierra entre gargantas sombrías.


Ampliar imagen haciendo click. Se aprecia un barranco profundo y encajonado que hemos conseguido esquivar justo en la encrucijada con otro que viene por su izquierda. Luis Miguel ya camina mejor. Anoche se zampó casi toda la comida y su mochila ya es más ligera. Nos montaremos ahora en una sierra principal y confío en que por su cresta consigamos dejar atrás los Rayares y alcanzar el valle y sus cultivos ya cerca de Farlete. Por la cresta hay trazas de sendero de los jabalíes. Bien!


Los Rayares y sus acantilados de tierra y yeso ya se van quedando atrás.


Conforme perdemos altura cada vez se acerca más el valle con sus planicies cultivadas. De aquellos acantilados venimos. Muy mal sitio para quedarse uno sin agua en verano. No ha sido sencillo encontrar la ruta de bajada. Muy útiles las trazas de los animales que bajan de noche a comer a los cultivos del valle.



Último escarpe con una losa de yeso muy característica de estos montes. Luego cruzamos un pequeño barranco hacia el este y enganchamos las rodadas de un tractor y una gran pista agrícola que se dirige hacia Farlete. Se irán sumando otras pistas y encontramos indicaciones de BTT muy orientativas de nuestra ruta correcta.

Son las doce del medio día. Estamos en Farlete. Lo hemos conseguido. Hace 25 horas que salimos de Alcubierre, al norte de la sierra. Efectivas han sido diez horas de marcha. Sin mapas ni GPS, orientándonos por el sol. Una bella aventura con un vivac de lujo en la confortable aunque sucia cabaña. Luis Miguel está contento. Los Monegros lo han seducido! Son únicos. Distintos!

Ricardo nos ha esperado pacientemente. Ahora es el momento de un aperitivo, visita a las trincheras de la batalla de Alcubierre y a tomarnos un menú en Tardienta. No ha sido ni barato ni esmerado, nada de tirar cohetes. Un secreto de cerdo duro como una piedra. Joder, no había costillas de cordero monegrino, pobrecitos, beee, ja, ja, el tinto somontano ha entrado bien y comunicamos con Gonzalo que se sorprende por nuestro extravío aunque lo da todo por bueno que hayamos conseguido llegar sin ningún percance ni inconveniente. Ricardo nos felicita.


Rayares de Farlete. Vista desde San Caprasio. Una maravillosa geología de tierra, yeso y alabastro. El montañero que intente atravesarlo debera poseer instinto de orientación y un paso muy seguro. Emprenderlo con el día por delante. Buena cantimplora de agua.


2 comentarios:

  1. vaya aventura, a tu estilo, me ha gustado mucho leerlo. imprevistos y capacidad de respuesta. ¿alguna señal del lobo Caprasio?

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  2. Del lobo ni rastro, amigo Félix. Fueron liquidados, a tiro limpio, la manada Caprasio.

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