- La enigmática punta del Dedo de Pombie bien visible desde el refugio y su lógica y bien trazada ruta de la cara sur por los hermanos Ravier. Ampliar imagen haciendo click. Es una dura escalada, lisa y extraplomada, con tramos en artificial y remojados, a principio del verano, por una cascada procedente de un pequeño nevero. Esa cascada me obligó a renunciar en mi primer intento. La vía es muy bonita y elegante, ruda y atlética y en los últimos años ha dejado de hacerse. A mí me fascinó desde la primera vez que la ví, en 1973, mientras escalaba el Espolón Este de la cercana Pointe Jean Santé. Recuerdo a mis compañeros en la Sur del Dedo: Ángel López y Gonzalo Prado, verano de 1977. Es una vía de VIº y ojalá nunca sea domesticada por los parabolts. Eso espero. Los que se atrevan a intentarla me comprenderán. ¡Vivan los Hermanos Ravier!
Mi gran amigo Pierre Ravier acaba de enviarme un coqueto libro que complementa con interesantes anécdotas y comentarios las fotografías seleccionadas en "Jean y Pierre Ravier, 60 años de Pirineísmo" Pierre ha tenido la gentileza de reseñar el Encuentro de Escaladores que organicé en Torla en 2007 para conmemorar el 50 aniversario de la primera escalada al Tozal del Mallo. La cara sur del Dedo de Pombie aparece destacada entre las rutas más difíciles del Ossau, montaña que he ascendido por 25 itinerarios diferentes. De mi primera época montañera destacaría el formidable Espolón Norte del Petit Pic, 600 m en V/V sup y la vertiginosa Cara Sur de la Punta Aragón, 400 m en Vº y A2 que realice en 1974 con Goyo, Lalo y Valentín. Una tremenda tormenta de granizo nos agarró en los últimos metros, ya en la salida a la vía normal que no conocíamos, y hubimos de escapar mediante rápeles pendulares hasta el Couloir Pombie-Peyreget.
Lalo, Valentín y Jesús, consiguen sobrevivir a una poderosa tormenta. Grand Raillere del Ossau. Foto de Gregorio Villarig. Tras escalar la cara sur de la Punta Aragón.
Con cuanto placer recuerdo haber ascendido hace 55 años la cara sur del Dedo de Pombie. Mi compañero de cordada no conseguía superar el paso mas dificil y yo que escalaba peor que el, lo intenté antes que abandonar la ruta. Aún no se como lo pude hacer, pero la alegría que sentí, la tengo bien grabada en mi cabeza. Mis dedos habían acariciado aquella ruta trazada por los inigualables hermanos Ravier. Ese fue mi primer sexto grado en mis queridos Pyrineos.
ResponderEliminarY tanto!
ResponderEliminarAunque sólo sea por esas inmensas placas de color amarillo-naranja. Una maravilla geológica!
Un fantástico reto montañero!