Nahum García, montañero de Sabiñánigo.
Eran pasadas las 8:30 cuando Jesús y yo, decidimos que íbamos a subir la cara norte del Burrambalo. Nos encontrábamos en el puente de Santa Elena y el viento se oía con fuerza, pero la ilusión y la motivación de pasar un gran día de montaña nos impulsaron a emprender el camino. Tras un sendero a través del bosque llegamos a una pista, que llevaba hasta el refugio de Furcunfiecho, pero para ganar altura rápidamente fuimos encadenando atajo tras atajo y en poco menos de 2 horas habíamos llegado al refugio, donde de nuevo el aire cobraba un gran protagonismo.
El refugio, por cierto, se encontraba limpio y en muy buenas condiciones. Allí fue donde nos pusimos los crampones y Jesús me indicó que la mejor opción para llegar a la cima, era por el espolón a la izquierda de la canal, para evitar el posible riesgo de aludes.
De esta forma, reemprendimos la marcha y tras cruzar un barranco llegamos a una primera zona de algunos pinos. Tras superar esta parte de vegetación, la pendiente se inclinaba y las rachas de viento cobraban más intensidad. Con mi inexperiencia, cada vez que el viento azotaba la ladera, yo me acostaba sobre la nieve anclado con mi piolet y crampones y aprovechaba los momentos de menor intensidad para seguir subiendo. Estaba siendo una bonita ascensión, en la que disfrutaba clavando mis nuevos crampones y contemplando las increíbles vistas de la sierra de Telera.
Estábamos llegando prácticamente a la cima del Burrambalo, cuando de nuevo el viento se levanto con mucha fuerza, a percepción de mi inestimable guía, podía superar los 150 Km/h. Me resultaba imposible poder incorporarme ligeramente para seguir avanzando, así que me quedé anclado nuevamente con mi piolet sobre la nieve, que a estas alturas y debido al viento estaba prácticamente helada, esperando algún momento a que el huracán me diese alguna ligera tregua. Pero el tiempo pasaba y su fuerza no cesaba, no puedo decir cuanto tiempo estuve parado, cuando vi de nuevo aparecer a Jesús, que había remontado la arista para venir a ayudarme y gracias a su ánimo, fuerza y decisión, me cogió del brazo y conseguimos alcanzar la arista y llegar por fin a la cara sur. Fue un momento difícil, en el que el frío y la tensión me habían superado y fue gracias a su ayuda como logré salir, y lo único que podemos lamentar es la baja de un piolet que se quedó la montaña. Comprendí entonces un consejo que me había transmitido Jesús al principio: el de llevar siempre 2 piolets y tener 3 puntos de agarre. Así como una enseñanza de Baltasar Gracián, que decía esto: Hay que afrontar lo fácil como si fuera difícil y cuando lleguemos a lo difícil, hacerlo como si fuera fácil.
El descenso por la cara sur resultó mucho más sencillo y rápidamente llegamos a un camino donde ya nos quitamos los crampones y bajamos sin dificultad hasta Betés. En este bonito pueblo del Sobremonte hicimos un receso para recobrar energía y comer un bien merecido bocadillo. Tras esta pausa, bajamos unos Kms por la carretera, con la esperanza de encontrar algún coche que nos llevara hasta abajo, pero llegamos hasta el inicio de la pista sin encontrar ninguno y decidimos completar la excursión retomando esta pista hasta el inicio de nuestra aventura, unas 8 horas después. Una experiencia que no olvidaré fácilmente, por lo que viví, disfruté y aprendí.
Nahum
Nahum García al pie de la cara norte del Burrambalo (Furcunfiecho)
Un aprendiz de alpinista.
Imposible entrar en calor.
Ganamos altura, pendiente moderada. Nieve helada.
Nahum estrena piolet y crampones. LLeva uno atrás, sujeto en la mochila. Luego se arrepentira..
La pendiente se empina (40º). En lo alto el viento arrecia con mucha fuerza.
En la cara sur, a salvo del huracán.
Sábado 16 de enero, alerta amarilla por viento. Voy unos cincuenta metros por delante de Nahum que hasta ahora ha subido con buen ritmo. Voy ganando altura hacia la arista cimera y el viento arrecia de manera violenta, brutal..
Me incorporo y el huracán me empuja hacia arriba y me lanza volando por los aires. Aterrizo en la pendiente de la cara sur. Pedazos de nieve de buen tamaño me golpean arrancados por el viento. Atravieso bajo la cima y me tumbo sobre la nieve a esperar a que Nahum aparezca volando desde la cara norte. Pero los minutos pasan y Nahum no sale. Mi mano izquierda me duele por el frío al llevar atado un piolet pequeño. Me lo quito y lo coloco entre la mochila y mi espalda de modo negligente..
Intento asomarme a la cara norte pero la violencia del viento me impide acercarme a la cresta.
He de descender hacia el este y haciendo un tremendo esfuerzo consigo pasar a la otra vertiente, allí esta Nahum, paralizado a unos veinte metros bajo la arista, aplastado sobre la nieve helada. Va a congelarse, no puede oírme, he de llegar hasta él.
La fuerza del viento es descomunal y me arrastro metro a metro clavando los crampones y traccionando con mi piolet. Me reúno con Nahum y a gritos le pido que me siga. Tiro de él, lo agarro con fuerza. Se incorpora, reptamos, nos arrastramos, y el viento nos saca a los dos de la sombría y gélida cara norte y nos arroja a la luminosa cara sur, ilesos, a salvo..
Más tarde descubriré que he perdido mi pequeño y valioso piolet. No importa, estoy contento, encontré a mi joven compañero Nahum.
LETOSA-LAS BELLOSTAS. GUARA-SOBRARBE.
Es un sector a caballo entre los términos de Boltaña y Aínsa. Pistas largas y embarradas, senderos coquetos, bien señalizados. Ruinas de pueblos, repoblaciones de pinos y la solitaria comarca nordeste de Guara como terreno de senderismo apacible, pero que nos exige una buena condición física y en ocasiones, soportar la lluvia persistente.
Camino de Letosa quedan algunos robles gigantes.
Giro hacia el este, dirección Bagüeste.
Sendero G.R 1, señalizado por el Parque Natural de Guara.
Iglesia de Bagüeste.
Quejigos y pinos de repoblación.
No para de llover, Panchita va empapada.
Cruzamos el río Balcés.
Areniscas erosionadas.
Jesús Aguado, los hermanos Sierra y Toño Rapún.
Estamos en Las Bellostas. Todavía nos quedan más de dos horas hasta volver por Casas de Montalbán a nuestro punto de partida, la carretera del Puerto del Serrablo.
CARA NORTE DEL MULHACÉN.
EN HIELO VIVO.
Nuestro amigo Bernar, de Almería, nos remite estas hermosas fotos de la formidable cara norte del Mulhacén, que acaba de escalar encontrando casi toda la ruta helada. Yo recuerdo que la recorrí con amigos alicantinos allá por el 2004 y me pareció estupenda. ¡Es la pared de hielo más alta de España!
DEL ALTO GÁLLEGO AL ALTO PERÚ