Hace unos 45 años, en el otoño de 1975, escalé con Fernando Orús, la cara norte de esta querida montaña. Ninguno de los dos habíamos subido nunca a Collarada pero Fernando se había fijado en el poderoso frontal que domina el embalse de Ip en el transcurso de una salida de práctica invernal del G.A.M.E (Grupo de Alta Montaña Español) en el Circo de Ip. En aquellos años un destacamento de trabajadores habitaba el impresionante caserón junto a la presa y central eléctrica de bombeo que Portolés y Cia llevó a cabo en la década de los 60. Nos permitieron pasar la noche en el salón. Ana, por entonces la novia de Fernando, nos acompañaba. Recuerdo que aquella noche soñé que Fernando y yo afrontábamos una tremenda aventura en aquella enorme muralla, incapaces de encontrar la salida. Entonces me desperté y ya estaba amaneciendo. Desayunamos un poco y salimos zumbando hacia nuestra cara norte. Tras remontar un zócalo empinado de unos doscientos metros tomamos contacto con una pared ligeramente extraplomada que resultó ser el pasaje clave para acceder a la línea de hendiduras y pilastros que surca el centro de la vertiente. Superado el obstáculo encontramos unas repisas y un nevero para encaramarnos en un bellísimo espolón, esculpido en caliza naranja, más noble y seguro que las frías chimeneas que lo flanqueaban. Una escalada rigurosamente vertical nos condujo a la cima del frontón. La luz del sol, el viejo payaso, nos calentó en ese medio día otoñal. La cresta hasta la cumbre fue una rápida cabalgada y tuvimos que bordear esquivando un escudo de placas lisas. Estábamos en la cima y sin perder tiempo, por intuición, bajamos corriendo hasta el Collado de Ip y corriendo también hasta el caserón donde nos esperaban Ana y los trabajadores que habían seguido nuestra evolución en la sombría cara norte. Nunca nadie ha subido por ahí, nos aseguraron. Decidimos dedicar la vía al amigo Virgili, el "Ogro", por su trato generoso y delicado. Hicimos las mochilas y tras despedirnos de los obreros de la presa salimos zumbando los tres para Canfranc.
a ver si engaño al Luisito y podemos intentarla alguna vez. parece una empresa de gran envergadura.
ResponderEliminarPodéis hacerla Félix. Ya repetisteis mi vía en el Espolón norte del Aspe. Intentala, es preciosa!
ResponderEliminarwaouw, que bonita naración Jesús!!
ResponderEliminarExcelente relato que describe vuestro reto de ascender por la cara norte de esta MAGICA cumbre !!!
ResponderEliminarGracias amigo!
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