lunes, 22 de marzo de 2021

PICO MONTÓ 2.478 m. CORREDOR N.E

 

Cono de avalanchas al inicio del corredor N.E del pico Montó a una media hora del campamento Virgen Blanca en el valle de Gistaín. Ampliar imagen haciendo click. 13 de marzo de 2021. Estrecho y encajonado, este corredor canaliza unos tremendos aludes sin escapatoria posible. La nieve está compactada y helada. Buen cramponaje.


Este corredor de avalanchas tiene un desnivel de casi 700 metros y una longitud de más de un kilómetro. Está bombardeado regularmente por piedras de distintos calibres. La pendiente oscila entre 40 y 50º. El casco es imprescindible.  El corredor N.E del Montó no es una ruta para novatos. Sus dimensiones y exposición requieren una gran condición física y experiencia en pendientes constantes y sostenidas.



En la parte superior el corredor se ensancha y suaviza un poco la inclinación. Buscaremos a la derecha una lengua aérea y de fuerte pendiente que nos saque del embudo hacia la arista. A estas alturas ya empezamos a estar un poco hartos de este interminable corredor y la arista se ve bonita y amistosa. Oblicuamos pues.



Tramo mantenido en 50º en marcada diagonal hacia la arista.


Rocas fáciles nos sacan del corredor.



Pequeño resalte rocoso de escasa dificultad y con buenos agarres (III inf)



Pasado el resalte nos queda una elegante arista de nieve hasta la cumbre.



Expuestos al sol amable de la mañana (el Viejo Payaso) disfrutamos de esta línea mágica de nieve y cielo. El jodido y peligroso corredor ya se acabó, y no llevo intención de repetirlo, vive Dios,  todos los corredores rodeados de peñascos soleados son auténticas ratoneras y estamos sometidos a una fuerte tensión.





A la derecha hay una impresionante y vertiginosa pendiente de nieve.

Seguir la amplia y fácil arista hacia el oeste hasta la cima principal. Al fondo picos Posets y Espadas. Oscar posa contento ya en la cima del Montó, a 2.478 m, cuatro horas desde el Valle del Zinqueta de la Pez (Puente del Hospital, 1.400 m)



Antonio y Jesús. Bajaremos siguiendo la arista lomosa hasta alcanzar un amplio collado. Luego  perdemos altura hacia el oeste hasta encontrar una ladera fácil por la que encontramos las marcas de la P.R que baja al valle dejando el barranco principal bien a la derecha. LLegamos a unas bordas y por senda o pistas seguimos bajando.



Antonio y Oscar. En el pueblo hay un buen restaurante y jóvenes camareras muy diligentes pero demasiado espabilada alguna de ellas. El vino y la cerveza entran bien y enseguida nos olvidamos de esas pequeñas granujerías.


2 comentarios:

  1. menos mal que no había riesgo de avalanchas, habían caído todas ya...
    un gran ejercicio de Pireneísmo, para el cual seguro que hay que tener buenos gemelos, paciencia y tranquilidad ante el tobogán que se tiene a los pies.
    felicidades a todo el equipo

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