En la segunda semana de enero de 2021, una borrasca atlántica entró por el suroeste de la Península Ibérica. Cálida y cargada de humedad colisionó con un potente embolsamiento de aire muy enfriado durante los días anteriores. Ha sido una de las mejores nevadas que se recuerdan. Todos los acuíferos se han recargado para mucho tiempo. Una auténtica bendición.
Encina centenaria desgajada por el peso de la nieve. Probablemente tendrá que ser talada completamente. Las encinas han soportado bien la gran nevada, pero también han sufrido quebrantos y desperfectos.
Esta magnífica encina centenaria está intacta. No ha sufrido ningún daño.
Mucho peor parados han salido los pinos de repoblación, altos y delgados.
La gran cantidad de nieve agarrada al ramaje, unido al viento, han partido a este joven pino. Su esbelta fragilidad, su delicado porte, le ha servido de muy poco.
Pinos enteros derribados por el peso de la nieve.
Una espléndida encina que no ha sufrido el menor desperfecto en su ramaje.
En general, el encinar autóctono adehesado casi no ha sufrido daños.
Encina, Quercus ilex, Casa de Campo en Madrid.
La Casa de Campo de Madrid tiene una extensión de 1.600 hectáreas. Un valioso pulmón para la capital de España, muy apreciado, y frecuentado, por los madrileños.
Las brigadas forestales afrontan ahora una larga tarea de limpiar y sanear el arbolado, eliminando los troncos y ramas dudosos que ofrezcan peligro. Este gran "parque" va a estar cerrado durante un par de meses antes de que los madrileños puedan volver a pasear por sus coquetos senderos a la sombra de las refrescantes arboledas.
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