Dudas y extravío al comenzar. No encontramos el inicio hacia el este y tiramos monte a través hacia el oeste en busca del camino que sale junto al hotel, en lo más alto de la urbanización de Formigal. Día fresco con nieblas y visibilidad limitada. 2 de julio de 2020. Ampliar imagen haciendo click. Toño Rapún y yo.
El sendero se encuentra sin dificultad y se encamina hacia el collado oeste de la Foratata. Nubes que amenazan lluvia. Del collado se sigue ganando altura hacia el este, en dirección a la Peña Foratata cuya cara norte es menos escarpada que la sur.
La senda es aérea y con pequeños escarpes y se dirige a la gran forca entre las dos cumbres pero es allí donde buscaremos un fuerte descenso al norte (izquierda) por un espolón herboso bien visible en la foto.
Terreno amable y despejado. La niebla nos impide ver los Pirineos. Continuamos rodeando la Foratata y buscaremos el collado a la derecha (este)
Vista sobre el valle del río Aguas Limpias.
Este collado es muy importante, cota 1.840 m. Al este una hermosa montaña piramidal de 2.000 metros de altitud. Estamos ya orientados hacia la vertiente sur. Fuerte descenso por bosque claro hasta unos prados. Remontada al este, después, por buen sendero, ganando unos 50 metros de altura algo fatigosos.
Último collado. Al fondo el majestuoso Palas. Ya estamos cerca.
Vista hacia el oeste (Portalet)
Las nubes dan paso al sol, el viejo payaso. Ha sido una preciosa marcha circular que ya se termina. Ahora bajaremos hacia una balsa natural donde beben las vacas.
Al suroeste, esbelta y rotunda, la Peña Retona 2.772 m
LLegamos al praderío de Formigal. Hay una enorme finca vallada con un muro de piedra y la senda va pegada por debajo. Encharcamiento, arroyo y mojón con flecha que no hemos sabido encontrar esta mañana. Unos minutos por pista nos dejan en la parte alta de la urbanización Formigal. Han sido unas cinco horas de caminata, incluido el despiste al empezar. Es una bonita excursión senderista muy recomendable.
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