BOLTAÑA-MORILLO DE SAN PIETRO. DENUNCIA ANTE EL JUZGADO

Desde la plaza de Boltaña se toma un camino hacia el norte, P.R 44 que pasa por la ermita de Santa Barbara y  luego faldea por una ladera de margas saliendo a una amplia pista forestal que nos llevará en casi tres horas hasta Morillo de Sampietro.

Se trata de seguir la pista que remonta en fuerte pendiente en dirección nordeste dejando a nuestra izquierda el colosal monte de Navaín y el pueblo de Ascaso.

Encinas de gran tamaño, ejemplares aislados. Bosque de montaña mediterránea. Algunos atajos permiten evitar las lazadas de la sudorosa pista forestal.

En dos horas de marcha apresurada llegaremos al Collado de los Valles, con vistas al río Yesa, Morillo de San Pietro y las estribaciones del Monte Perdido.

La Vall de Vió, una minicomarca en las faldas  (escarpadas) del Pirineo.

De vuelta nos aproximamos al pueblo de Boltaña y su característico montículo.

Ermita de Santa Barbara, construida en piedra caliza bien cortada y aparejada.

Juzgado de Boltaña. Es el momento de presentar una denuncia para evitar la explotación turística de las Gargantas de Escuaín y Revilla cuya punta de lanza es el tendido de una línea eléctrica soterrada que permitirá poner en marcha alojamientos y hostelería en Revilla, con su secuela de vertidos fecales y contaminación sonora y lumínica. Lo que está haciendo la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos es una competencia desleal, con los alojamientos del valle. En Boltaña hay dos hoteles cerrados. 

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¿QUEBRANTAHUESOS EN VUELO NUPCIAL?

En el cebadero de Revilla observamos un comportamiento extraño y sorprendente. Hasta seis ejemplares de quebrantahuesos, lo que no es habitual pues en cada valle no suele haber más de una pareja a veces acompañada por un soltero/a (poliandría) La abundancia de pitanza puede alterar y perturbar el instinto de prospección en estas aves que dejarían de buscar alimento y modificarían sus pautas de cortejo y reproducción. Extraordinaria la foto del amigo Pedro Romero.

BOLIVIA: PUMAS ENVENENADOS, JAGUARES CAZADOS

En agosto de 2017 escalé seis cumbres en las cordilleras de Bolivia, tres de ellas en el parque nacional Sajama. Allí fui informado y requerido para denunciar la muerte por envenenamiento de los pumas, lo que hice efectivo ante la SERNAP (Servicio Nacional de Áreas Protegidas) reuniéndome días más tarde con los ganaderos de la zona en un encuentro tenso y difícil que terminó con un tímido acercamiento de perspectivas. Estarían dispuesto a no poner veneno si el parque les paga las llamas devoradas, pero negándose en redondo a vigilar y custodiar los rebaños. Meses más tarde, en enero del 2018, un ovejero de Jujuy, Argentina, frontera con Bolivia, puso carne envenenada para dar muerte a un puma que merodeaba sus rebaños. A los pocos días el puma apareció muerto... junto a los cadáveres de 34 cóndores. Ahora llegan noticias del Oriente boliviano donde se cazan jaguares para vender su piel y colmillos a los chinos...