21 de febrero del 2018, Nueno (Huesca), 08:00 A.M. Chucky, Antonio y yo iniciamos nuestra ascensión al monte o Peña Gratal, 1.550 m. No tendría que haber habido ningún problema pues ya la subí hace unos 25 años y creo recordar que todo era muy evidente, pero...
Ningún cartel indica Gratal así que vamos probando pistas y trazas que se desvían hacia el norte de la pista principal que contornea toda la falda de Gratal y que ya conocemos por el ataque de la avispa negra asiática del pasado mes de mayo, pero no encontramos el camino a Gratal con señales o hitos. Viejas pistas se bifurcan y nos confiamos a nuestra intuición.
Cogímos una pista poco marcada, e incluso vimos una señal de "sendero", pero en la primera bifurcación hemos tomado a la derecha y por lo visto era a la izquierda. El caso es que nuestra "ruta" acaba en un campo y es engullida enseguida por el monte espeso de encina, coscojos y algún zarzal. Durante dos largas horas ascendemos, retrocedemos y llaneamos por la abrupta ladera sur-este de Gratal. El G.P.S nos marca un camino hacia una fuente (barranco de Gratal), incluso encontramos hitos, pero allí se acaba y no le vemos ninguna continuación...
Estamos en el barranco y le propongo a Antonio tirar monte arriba entre los erizos y los bojes. La cima de Gratal ya se ve cerca, pero llevamos ya cuatro horas de marcha. La perra se pincha y la tengo que llevar en brazos. La progresión es muy lenta, un barranco vestido de zarzas nos cierra el paso hacia el norte. Retrocederemos hacia el sur y remontamos penósamente. Hace mucho frío, sería peligroso que la noche nos sorprendiera y quedáramos expuesto a las potentes heladas. Hay que seguir, ni pensar en volver por donde hemos venido...
Por suerte encontramos una pista grande y bien conservada. Inmediatamente me reposiciono y todas mis dudas desaparecen. Hoy no dormiremos al raso, ja, ja! Pero se ha hecho tarde ya para llegar a la cumbre. Queda mucha distancia pues ahora vamos a asegurarnos de poder descender, y lo más seguro será seguir las pistas hacia el collado de Las Calmas (este), pero aparecen varias bifurcaciones que aparentan descender hacia el sur. Acaban en ninguna parte y en dos ocasiones hemos de retroceder hasta encontrar la pista correcta, con vistas a Arguís.
Bonito collado con Gratal al fondo. Pero esta pista se acaba y parece cerrarse e interrumpirse. Media vuelta pues.
Con paciencia Antonio acepta mis errores y pérdidas de itinerario. Le hago correr para rectificar y tomar la dirección correcta.
Ahora sí que hemos cogido el camino correcto. Esta pista va hacia los pozos de nieve y el Collado de Las Calmas.
Collado de Las Calmas con Guara al fondo. Un sendero muy bien trazado y señalizado desciende a Nueno en hora y cuarto. Ya no hay pérdida. El peligro queda descartado.
Nueno, son casi las 16:00 h. Han sido cerca de ocho horas prácticamente sin parar. Mucho tiempo peleando con las encinas y los coscojos, peñas y barrancos. 23 kilómetros y 1.400 metros de desnivel según el G.P.S, constatando que en la vertiente sur no había señalización, posiblemente porque los cazadores las rompen y ocultan. No encuentro otra explicación. Por mi parte no me rindo y les niego esa pretensión de considerarse los dueños del monte. Volveremos muy pronto y encontraremos la subida correcta que recorrí hace 25 años. Gratal hoy nos ha dado una lección, demostrándonos que no se puede confiar en la memoria ni en las vagas indicaciones de los paisanos. Humildad, mapas y paciencia se necesitan para subir a Gratal.
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