Aunque nuestro objetivo principal era subir el Tallón, la climatología no acompañaba y mi padre propuso ir a otro valle para acometerTendeñera; Salimos de Linás de Broto por la tarde y llegamos al bonito y acogedor refugio libre Plana d'abozo; convencí a mi padre para que al día siguiente saliéramos lo antes posible, pues quería estar en Sabiñánigo de vuelta pronto para pasar un rato con mi madre antes de volver a Madrid.
Comenzamos a caminar de noche a las 5 de la mañana
con los frontales, y una hora más tarde, ya podíamos ver perfectamentela senda sin ellos; el viento empezó a soplar fuerte, y pudimos yavislumbrar el cielo muy tapado que cubría todo el valle y ocultaba porcompleto la montaña. La ascensión no era técnicamente difícil, pero lafuerte ventisca te hacía por momentos perder el equilibrio y golpeabacon fuerza en la cara y los ojos. Cuando llevábamos más de dos horascaminando de luz, y veíamos que el tiempo no mejoraba, le propuse a mipadre dar la vuelta; él insistió en que continuáramos, que podíadescampar pronto y que la cima no quedaba lejos. Con mucho cuidado, enuna zona muy vertical donde la nieve tenía ya la dureza del hielo,seguimos cramponeando, pero la niebla era tan densa que mi padredecidió dejar ahí una marca para encontrar la bajada (por ahí cercafue al bajar donde perdió su querida y nueva manopla); casi sin darnoscuenta, media hora después nos vimos en la cima; una foto rápida,besar la cima, y comenzar la vuelta, pues la temperatura bajaba yteníamos miedo a que el tiempo empeorara. El descenso se hizo másligero, y tomamos un camino distinto del de subida, por una zonatambién preciosa. A las 13 h estábamos en el refugio, donde cogimosalgunas cosas que habíamos dejado y arrancamos u n último esfuerzopara llegar a Linás de Broto. Una cima más en el bolsillo.--Serbal Vallés
TENDEÑERA NORTE. TERRENO DE ALPINISMO Y COMPROMISO
Que bien, con tu hijo💪
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