Afloramientos de esquisto en el Col de Belle Cote. He conocido a Sami, guarda del parque nacional. Piensa visitar Somiedo para conocer el oso pardo del Cantábrico. 4 de septiembre de 2022. Ampliar imagen haciendo click.
Al fondo, detrás, queda la Valsenestre que he decidido obviar uniendo dos etapas. El descenso a Le Déssert se hace muy largo. Sólo ya cerca del pueblo encontraremos agua. Será una etapa larga e inolvidable por su gran belleza.
Gite Les Aurias, en Le Déssert. Regentado por la amable y atenta Samia se complementa muy bien con un magnífico bar donde puedo conectarme para informar a la familia y amigos. Media pensión 50 euros. Disfruto de una habitación para mí solo. Al día siguiente saldré como un tiro para remontar el col de Vaurze y su escarpado descenso al refugio des Souffles donde pienso comer algo.
Hay ciclistas en el col y me toman una foto. El descenso tiene unos acantilados muy escarpados para llegar al refugio. Veo una tontería intentar bajar en bicicleta. Yo mismo llego 20 minutos antes que ellos con las bicicletas. Cierto es que han bajado casi todo este tramo andando y así no provocan erosión en el trabajado sendero.
Me tomo un vaso de vino, dos pasteles y un café. Me explican que este valle queda fuera del parque nacional y se permiten las bicicletas. Descenderé por Villar de Loubier por unas gargantas muy pendientes y pintorescas equipadas con cables.
Me cruzo con grupos que suben la cuesta muy expuestos al calor de la tarde. LLegaré a Chapelle, un enclave turístico. Alojamiento muy confortable en el Gite Les Mélézes, regentado por el amable Olivier. 17 euros la noche. Al lado restaurante Monte Olan con delicioso surtido de quesos, chorizo y salchichón. Necesito proteína.
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