Empezamos ayer 11 de mayo en el campamento Virgen Blanca, a 1.500 metros de altitud. Hemos pernoctado en el amplio y confortable refugio de Tabernés (1.750 m) y al amanecer salimos hacia los picos de Culfreda acompañados de nuestros perros Váli y Chucky. En trazo rojo la ruta que vamos a seguir para evitar la cresta con viseras que podrían resultar peligrosas para los perritos (y para nosotros también). Por estas fajas se perdió en 1996 el niño autista José Joaquín Ayete. Sus restos fueron encontrados tres años más tarde por un montañero francés a 2.600 metros de altura.
Después de una larga y fatigosa travesía estamos al pie del corredor sur (40/45º) que va a ser largo de subir. Los aludes lo han barrido casi por completo.
Picos de Culfreda.
Raúl llega con los perros que han vuelto a buscarlo.
Yo estoy en la cima norte 3.032 m.
Al fondo el grupo de Monte Perdido.
Vista hacia el nordeste, Puerto de la Pez.
Vamos a por la cima sur, la más alta.
Cumbre central 3.025 m.
Culfreda 3.034 m.
Bloque de nieve, zona de avalanchas. Volvemos por el mismo camino.
Esta ruta se la dedicamos a José Joaquín Ayete, el montañerito que se perdió en las inmensas soledades de los picos de Culfreda. Es sencilla pero más larga y fatigosa que la cresta normal. Fuerte riesgo de avalancha.
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