Navaín (Santa Marina), 1.762 m, domina desde la margen izquierda el valle del río Ara a su paso por la garganta de Jánovas.
Mejor empezar a caminar en el desvío, abajo en la carretera, cota 640 m, una hora más de caminata por pista y desde el poblacho de Ascaso (en rehabilitación), al noroeste un camino primero de tierra y luego sobre planchas de roca caliza desnuda y mineral. La subida es intensa y mantenida, seguir los hitos hasta asomarnos a los acantilados cortados a pico que caen sobre las inmensas extensiones del Ara y la Solana.
Al norte reconoceremos Yeba y Buerba en la Val de Vió. La panorámica es absolutamente insuperable hacia el grupo de Monte Perdido. Han sido casi cuatro horas de ascensión. Nieve desde la cota 1.600
Al oeste, junto a mi cabeza, Canciás, luego Oturia y Erata nevados.
Descenso por el pintoresco sendero de piedra.
Los puertos de Santa Orosia están parcialmente nevados. He subido por el camino de Isún, andando desde mi casa en Sabiñánigo. Hay alerta amarilla por temporal de frío y nieve. Exagerado en mi opinión.
Cumbre de Oturia 1.927 m, visibilidad nula, mucho frío. He invertido cuatro horas clavadas. No está mal. No se vé un alma por aquí, y es sábado. Extraño... las alarmas, será por eso...
Bonita cascada de carambanos sobre el camino. Hay que pasar el torrente en cinco ocasiones.
Oro: monte, sía: torrente. Orosia: montaña de torrentes.
El cristianismo, alabado sea nuestro señor... ha santificado el culto indoeuropeo, coqueta iglesia de Satué, románico siglo XI. Todavía me quedan casi dos horas hasta casa. Además esta noche tenemos aquí, precisamente en Satué, una opípara cena de hogueras (San Sebastian)
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