Mi primera vez en el Moncayo. Y digo primera porque habrá más. Porque fue un monte que me atrapó.
Esa mañana me levanté cansada por haber pasado la noche dándole vueltas a algunas "neuras".
Me esperaban 14 km con 1100 de desnivel aproximadamente y me imaginaba una cuesta mortal azotada por viento heladamente huracanado. Así que mi neura no me dejó en toda la noche.
Comencé a subir cuesta cansada, pero con esos árboles y la conversación de Jesús, la subida se hizo amena. Del precioso bosque pasamos a cota más alta, camino de piedra. Y finalmente llegamos a zona cimera, una loma herbosa muy cómoda de pisar hasta llegar al vértice geodésico sobre los 2300 m de altitud. También hay una virgen del Pilar que yo había visto en fotos de invierno cubierta de hielo.
El viento soplaba fresco, pero no huracanado como en mis peores pesadillas. Me puse el gorro, guantes y el plumas y genial.
¿Sensaciones? El Moncayo a mí me transmitió quietud. Es una mole que se alza imponente sobre una llanura.
Hasta ahora el Moncayo lo había visto sobresalir de la nada, en la lejanía, desde el Pirineo o desde Zaragoza o desde otros lugares de Aragón. Siempre se le veía tan lejano y quieto, envuelto en su propio universo, que me llamaba la atención. Y por fin pude acceder a esa dimensión.
El Moncayo se mantuvo amable, silencioso y calmado durante toda la jornada. La sabiduría de Jesús y esa expresión que derramaba luz en cada historia, convirtió la jornada en una ruta mágica.
Además, me encantó esa visión de un montañero de su experiencia que considera la Montaña algo sagrado. "La montaña no está para divertirnos a nosotros", decía. Y comparto totalmente su visión. Yo voy al monte para nutrirme de sensaciones y aprendizajes sobre el medio que me rodea, pero también sobre mí misma; y siempre con la humildad de saberme vulnerable ante semejante inmensidad. Cada paso en el Moncayo me fue demostrando que mi cabeza puede ser un lugar horriblemente inhabitable o un paraíso hecho de viento fresco, vistas infinitamente calmadas y aromas nutritivos que agrandan la conciencia y me permiten romper barreras psicológicas.
Nieves Casanova
Montañera.
Valencia
Superado el tramo de la Escupidera. Accidentes mortales en invierno.
Moncayo 2.315 m. Ampliar imagen haciendo click. Jesús, Virgen del Pilar, Fernando, Nieves y Serbal. Nos ha costado tres horas desde la Fuente del Sacristán. Ahora bajaremos por la ruta más fácil y segura, desprovista de peligro. Obligatorio conocerla. Serán otras tres horas.
De la cima principal, San Miguel 2.315 m. Descender hacia el oeste hasta el Collado de Castilla. Tomar un marcado sendero que baja hacia el norte por el lindero del pinar. Atentos a tomar en giro hacia el este, en horizontal. Es la Senda del Haya Seca que nos llevará suavemente al último aparcamiento antes del Santuario de la Virgen del Moncayo.




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