lunes, 12 de octubre de 2020

BERREA DEL CIERVO EN LA GARCIPOLLERA

Monte Serrato sobre el pueblo de Acumuer. Se sube en hora y cuarto por la senda G.R. La vertiente norte es muy buena para coger robellones. Pero no he visto ninguna seta, de ninguna clase. Ampliar imagen haciendo click.



Siguiendo la G.R llegamos al pueblo en ruinas de Larrosa. La iglesia se tiene en pie. Nos cuesta un poco más de dos horas desde Acumuer. Ni una sola seta. Todo parece muy seco. Las fuentes no manan y los arroyos no corren. A ver si llueve!



Los montes de la Garcipollera están en plena berrea. Los machos reúnen sus harenes y advierten a posibles competidores: ¡Aléjate de mis chicas! Va en serio. Pueden ser peligrosos. Mantenerse alejados de estos pedazo cornudos.




En tres cuartos de hora llegamos al monasterio de Santa María de Iguacel. Es la capital espiritual de la Jacetania, junto con San Juan de la Peña, Santa Orosia y San Adrián de Sásabe. Hay buscadores y todos llevan su cesta vacía...


He remontado una pista en fuerte pendiente en dirección al monte Leta. En la parte alta, cuando acaba el bosque, hay un sendero horizontal que se dirige al Este saliendo a la sierra divisoria sobre los valles de Garcipollera y Acumuer. Ampliar imagen haciendo click.


Mi cesta está vacía. No he visto ni una sola seta, de ninguna clase. Las nubes ganan terreno y cubren los picos de Bucuesa. El aire se enfría y llegan las borrascas que dejarán mucha lluvia en el Pirineo, tan necesitado de humedad. ¡A ver si llueve!



Los bramidos de los ciervos en celo retumban desde los rincones de la Garcipollera. La Naturaleza está puntual en su cita con la reproducción, con la vida. ¡Listo pues!

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