Desde Ayerbe, paralela al río Gállego, sale una carreterita en dirección al sur. No tiene pintas de llover. 6 de noviembre de 2019. Toño Rapún acelera. Serán 15 kilómetros de ir y otros tantos de volver. Ampliar imagen haciendo click.
Pueblecitos al lado. Paisaje luminoso. Los Anglis.
Piedramorrera. Pues vaya nombrecito...
Este pueblo se ha hecho famoso por liderar la oposición comarcal contra la construcción de un embalse en el río Gállego. ¿Para qué producir más y más excedentes agrícolas? Personalmente me impliqué desde el principio en preservar ese tramo salvaje y natural del río Gállego presentando la primera alegación formal por encargo de la CODA (Coordinadora de Defensa de las Aves)
Embalse de Ardisa, construido en 1934. IIª República.
Está muy naturalizado este pequeño embalse y alberga varias especies de aves acuáticas, gaviotas y cormoranes son los más abundantes.
La presa de Ardisa está unos 15 kilómetros de Ayerbe. Nos ha costado tres horas llegar.
Observación de aves acuáticas. Es extraño pero apenas se ven milanos reales que hace unos treinta años eran muy abundantes por el norte de la provincia de Huesca.
De regreso observamos la EDAR (estación depuradora de aguas residuales) que da servicio a la localidad de Ayerbe.
Vamos bien de tiempo para coger el tren de vuelta. Interesantes ruinas medievales.
Ermita de San Miguel, románico original del siglo XI. Se sube en media hora desde Ayerbe.
Restos de un castillo árabe.
La comarca de Ayerbe conserva un paisaje mosaico muy equilibrado al pie de los Pirineos.
Mirador desde donde pueden verse los Mallos de Riglos. Allí aprendí a escalar. Con sólo 14 años ya subí el sorprendente y difícil Puro de Riglos.
Descenso de vuelta a Ayerbe. Café y tortas típicas. Al fondo Sierra Gratal, ahora más peligrosa desde que se han instalado las avispas negras asiáticas. Ampliar imagen haciendo click.
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