Collado al este del pico Ferraturas. Marisa Bergua con su perro Chiqui. Al fondo los picos Palas, Arriel, Balaitous y Frondiellas. Primeras nieves del otoño. 16 de octubre de 2019. Ampliar fotos haciendo click. Marisa sube con un par de largos e inútiles bastones. Dejó abajo, en el coche, su piolet y sus crampones.
Desde La Sarra (Sallent de Gállego) caminar hasta el llano de Tornadizas y remontar al noroeste, monte a través, hasta cruzar el barranco de Balsaroleta. Seguir hasta un gran rellano dominado al noroeste por la cresta de los Ferraturas. Los perros suben y bajan sin problemas. Su centro de gravedad está bajo y tienen tracción a las cuatro patas.
Por un barranco empinado de gravas, nieve y hierba ganar al norte un collado que se comunica con el otro gran barranco de Soques. Una fina capa de nieve reciente y resbaladiza cubre y enmascara un terreno incómodo e inestable.
Del collado seguir hacia arriba en dirección al Ferraturas norte. Cortos escarpes sin dificultad. A la derecha tenemos el Pic de Soques y a la izquierda los Ferraturas. Justo encima, metido en Francia, el esbelto Diente de Soques.
A la izquierda desciende el gran barranco de Soques. A la derecha el de Balsaroleta. Marisa y su perro nos siguen a corta distancia a Chucky y a mi.
Ampliar imagen. Marisa y los perros atados se quedarán en el pico Ferraturas norte de 2.655 m mientras yo subo al Diente de Soques, 2.698 m. Voy deprisa y creo ver un hito por la derecha que sobresale de la nieve fresca. Estoy dominando un resalte vertical cuando un bloque se me desprende y caigo 5 o 6 metros. Por instantes me espero lo peor pero quedo sentado en una repisa de nieve. Me siento dolorido, mareado y aturdido pero inmediatamente tomo la decisión de buscar y encontrar otro paso hacia la cumbre. Por el suroeste, lado francés, es más fácil aunque al principio es un terreno empinado y confuso, de roca, nieve y hierba. Me duele bastante la costilla izquierda.
En la cima del Dent de Soques me cambio de guantes. El de la mano derecha está empapado de sangre. Son finos de lana y la empuñadura del piolet me ha provocado cortes y erosiones al caer. Desciendo con mucho cuidado para no resbalar. Me reuniré con Marisa y los perros y veremos de bajar directamente por un barranco de nieve empinado al valle de Soba y después al Aguas Límpias hasta La Sarra. Son unos 1.300 metros de desnivel. Conozco esta ruta y no hay precipicios ni pendientes exageradas. El centro de salud de Escarrilla está cerrado. En las urgencias de Sabiñánigo me espera mi esposa. La doctora y la enfermera me hacen la cura, sutura y vendajes.
Al quitarme el guante me asusto de ver mi mano derecha. Con cuatro cortes profundos, ensangrentada e inflamada. La doctora me tranquiliza y asegura que son heridas superficiales con buen pronostico. En la pantorrilla izquierda llevo un corte limpio y profundo. Me ponen cuatro puntos de sutura. Parece que no se me ha roto ninguna costilla aunque me duele una flotante y la parte alta del esternón.
Ya en casita, vivito y coleando después de haber estado a punto de palmarla. ¿Cómo no me percaté de que aquel bloque estaba suelto? Seguramente porque mientras trepaba a toda prisa aquel escarpe estaba cavilando por donde podríamos bajar. Mi compañera Marisa había dejado su piolet en el automóvil. En la práctica del alpinismo cualquier error o negligencia tiene sus consecuencias. Lección aprendida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario