Chucky es una perra pastora de dos años y medio perfectamente adaptada para escalar en roca, nieve y hielo. Sus patas son grandes como raquetas, sus uñas auténticos crampones. Hemos salido de Acumuer a 1.131 m y remontamos el valle durante una hora y media. Pasado el puente del barranco Cicutar abandonamos la pista y tomamos una senda que cruza el río Aurin y trepa por un espolón de prados y bosque en dirección a la cresta oriental de la Espata. La arista es afilada y muy estrecha en algunos tramos. La he tenido que aupar y descenderla en alguna roca helada. En la densa niebla Chucky se ha puesto delante y yo, incapaz de ver donde pisar, he seguido sus huellas para evitar pisar en el vacío.
Estamos en la cumbre. Estupenda mi perrita. La bajada es fácil. Primero al collado y luego he comprobado el rumbo este con mi brújula y nos hemos zambullido en la niebla, absolutamente a ciegas, barranco La Ralla abajo, confiando en que no le dará por caernos encima una avalancha.
Ha sido largo, se hacían zuecos y el barranco es angosto y laborioso. Ya estamos en el camino y la pista que nos llevará hasta Acumuer. En total, subir y bajar, habrán sido unas nueve horas. La cresta oriental de la Espata tiene pasos de II, es aérea y helada en bastantes tramos. Piolet y crampones. En invierno está reservada a montañeros expertos. Chucky ha estado fenomenal!
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