En 1988 tuve conocimiento por amigos trabajadores de ENAGAS del proyecto del gasoducto Lacq-Serrablo que atravesaría el Pirineo por el Circo de Lescun (Lhers), la región del Estanés, la Sierra de los Alanos y el valle de la Reclusa de Siresa (Hecho). Aquellos técnicos supieron percatarse de que semejante obra comportaría una severa degradación del paisaje pues los explosivos y las excavadoras tendrían que abrir paso a la tubería salvando tres collados de más de 2.000 metros de altitud.
La presencia de algunos ejemplares del oso pardo en esa región del Pirineo occidental fue decisiva para que ENAGAS, con muy buen sentido y responsabilidad, desechara la opción "Pic Rouge" y buscara otra opción muchísimo menos agresiva: El puerto de Larrau, por los suaves relieves del Pirineo navarro, atravesando plácidas praderas y junto a una carretera asfaltada. Fue un acierto y la prueba de que en empresas como ENAGAS existe una notoria sensibilidad ambiental.
Ingenuamente yo pretendí conseguir de los ayuntamientos de Ansó, Hecho y Lescun algunas pequeñas concesiones en favor del hábitat del oso, especie cuya presencia había sido decisiva para desviar el proyecto. Consistía en un compromiso de no abrir nuevas pistas forestales y ganaderas y restringir el tráfico motorizado en las ya existentes, en concreto, de uso estrictamente ganadero y forestal a partir de Zuriza, Guarrinza y La Reclusa. Se negaron en redondo a implementar ninguna restricción de ningún tipo ni a turistas ni a montañeros comodones que internan sus vehículos para evitarse unas pequeñas caminatas. Entonces comprendí que esa gente no sentía ningún afecto ni estima por el oso y nuestros intereses no eran los mismos. Ellos querían un paisaje "bonito" para promover el turismo. Para nosotros ese paisaje carecía de valor si no garantizaba la supervivencia del oso y la preservación de su hábitat. Fue el comienzo de una larga y decepcionante campaña de reivindicaciones, minoritarias, silenciadas, despreciadas y agredidas. ¿Hemos perdido el tiempo en estos casi treinta años de lucha infructuosa? Pienso que no.
Ingenuamente yo pretendí conseguir de los ayuntamientos de Ansó, Hecho y Lescun algunas pequeñas concesiones en favor del hábitat del oso, especie cuya presencia había sido decisiva para desviar el proyecto. Consistía en un compromiso de no abrir nuevas pistas forestales y ganaderas y restringir el tráfico motorizado en las ya existentes, en concreto, de uso estrictamente ganadero y forestal a partir de Zuriza, Guarrinza y La Reclusa. Se negaron en redondo a implementar ninguna restricción de ningún tipo ni a turistas ni a montañeros comodones que internan sus vehículos para evitarse unas pequeñas caminatas. Entonces comprendí que esa gente no sentía ningún afecto ni estima por el oso y nuestros intereses no eran los mismos. Ellos querían un paisaje "bonito" para promover el turismo. Para nosotros ese paisaje carecía de valor si no garantizaba la supervivencia del oso y la preservación de su hábitat. Fue el comienzo de una larga y decepcionante campaña de reivindicaciones, minoritarias, silenciadas, despreciadas y agredidas. ¿Hemos perdido el tiempo en estos casi treinta años de lucha infructuosa? Pienso que no.
PIC LENQUO DE CAPO 2.747 m
Aunque mi objetivo inicial era subir el Soum des Salettes, de 2.977 m, unas huellas de esquí me desviaron de mi ruta llevándome a otro collado, a otro pico. Ya se me hizo tarde y la niebla llegaba.
Al fondo Pic Campbielh (3.173 m) que ascendí hace un par de inviernos por su interesante cresta sur (Lentilla). Los esquiadores frecuentan Lenquo de Capo desde la estación de Piau Engaly.
Port de Campbielh, es hora de descender.
LLegan las nubes por el Valle de Badet. Descenderé a ciegas en una densa niebla. Por suerte llevo brújula y altímetro y el terreno no es escarpado.
Ruta de subida y descenso.
En verde la Arista Lentilla, en rojo el Espolón Fischesser, en amarillo ruta Ravier.
TOZALES DE JUBIERRE Y SIERRA DE ALCUBIERRE.
ATRAVESANDO LOS MONEGROS
Al sur de Sariñena (Huesca), las estribaciones de la Sierra de Alcubierre presentan unas cromáticas formaciones de afilado corte. Se trata de una geología en plena configuración, modelada por la lluvia y el viento. Rodear los tozales de Jubierre nos llevará más de una hora en un pedaleo técnico y gratificante de subidas y bajadas, rellanos y barrancos, curvas y contracurvas. Si hay fuerzas (muchas por cierto), podemos continuar al sur por Castejón de Monegros y enfrentarnos al cierzo gélido del invierno en dirección a Farlete hasta la ciudad de Zaragoza. Son unos 120 kilómetros de ruta y he invertido unas diez horas, paradas incluidas.
FEBRERO EMPEZÓ CON MAGNÍFICAS NEVADAS
No hace falta utilizar el coche, hemos salido con las raquetas puestas ya desde casa. Nos acompaña feliz nuestra perra Panchita. En la foto Victoria en su primera raquetada.
Paquita ya tiene más experiencia. Al fondo la montaña de Santa Orosia.
Panchita, mi perra "can de chira", encuentra en la nieve su elemento natural
COMO INTENTAR EVITAR EL CAMBIO CLIMÁTICO. NUEVO LIBRO DEL ECOLOGO Y ABOGADO EDUARDO GIL DELGADO. PLANETA SOSTENIBLE. A LA VENTA EN JUNIO
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