En relación al tema del uso del taladro en
determinadas zonas de montaña y la sobre equipación de vías de corte clásico,
es difícil decantarse por una postura u otra ya que hay componentes objetivos
en cualquiera de las dos tendencias.
Haciendo
un análisis previo de la situación partimos de una base sobre distintos
estilos de la escalada, clásica,
deportiva y artificial, pero lo importante es analizar la evolución de estas disciplinas y hacia dónde
pretendemos dirigirnos o hacia dónde se dirigen las tendencias y necesidades de
la comunidad de escaladores.
La escalada deportiva hoy en día implica a
más del 85% de los deportistas que se mueven en el mundo vertical y asimismo es
la base de la iniciación, formación
y desarrollo técnico para otras
especialidades; todo ello ha sido posible gracias a los nuevos materiales e
instalaciones, esto causó una revolución en cuestiones de equipamiento y
seguridad, en los cuales tomaron parte los nuevos equipamientos, nuevas aperturas de vías desde arriba, uso de taladros y anclajes
más seguros, etc., creando en un principio controversias entre las distintas tendencias, hoy en día
toda aquella polémica se ha solucionado a través de REGULACIONES,
y donde éstas no existen, tenemos
la aceptación o no de la comunidad de escaladores.
Hay otro factor que ha causado cierta alarma
en el mundo de los escaladores, “el
exceso de equipamiento de algunas vías”; en relación a este punto hay
deportistas a favor y otros en contra, pero en relación a este asunto todo aquel que ponga un taladro
en su mano debería de ajustarse a las cuestiones técnicas de seguridad en equipamientos e instalar los justos y
necesarios, tener una formación adecuada,
presentar un proyecto con sus correspondientes estudios de impacto
medioambientales y que éste fuera autorizado por un comité especializado.
Como conclusión a todo lo mencionado
anteriormente nos encontramos con una serie de aspectos legales que hay que
tener en cuenta, por un lado las responsabilidades civiles como equipadores en lo relativo a la seguridad y
características de las instalaciones y por otro lado el impacto medioambiental
y daños que se pudieran derivar de las mismas, sin pasar por alto que algunas
de estas actuaciones se podrían tipificar
como delitos con su correspondiente responsabilidad penal.
Por todo lo anteriormente citado algunas de las soluciones serían la regulación de las instalaciones de escalada
en cualquier espacio de protección medioambiental y donde estas normativas no
existan aplicar el sentido común del
colectivo; para ello se precisa formación, concienciación y comunicación entre
todos los agentes; por ello tanto las entidades institucionales,
administrativas y deportivas deben de ponerse a trabajar antes de que las
consecuencias sean demasiado negativas para el colectivo.
Fdo.:
Lorenzo Pueyo Sénder
Lorenzo Pueyo es alpinista, técnico deportivo y vocal de escalada del Club de Montaña Pirineos
Lorenzo Pueyo es alpinista, técnico deportivo y vocal de escalada del Club de Montaña Pirineos
estoy muy de acuerdo con lo que expone Lorenzo, sobretodo que cualquiera no puede ponerse a equipar, ha de ser gente preparada, con experiencia, debidamente habilitada y con su proyecto autorizado.
ResponderEliminarPienso que por ahí, más o menos, debería ir la cosa. En Cuenca se ha creado un comité donde están representados los escaladores y las entidades conservacionistas, con la finalidad de estudiar, una por una, las propuestas de los "equipadores". Un paso en la buena dirección.
ResponderEliminarDios nos coja confesaos ! Las instituciones regulando la escalada !
ResponderEliminarNos costará la pasta y la escalada. Con estos debates, lo único que se va a conseguir es que se nos prohíba escalar, por supuesto , con cifras sancionadoras, por supuesto. Dejad de tocar las narices y cuando escaleis no utiliceis los bolts. Y ya está! Así de sencillo!
El número de taladradores crece y crece..
ResponderEliminarPero sigue habiendo las mismas rocas.