miércoles, 5 de diciembre de 2018

CALBLANQUE, PARQUE NATURAL


Castillo de la Concepción en Cartagena. Interesante conjunto histórico adornado con árboles monumentales bajo los cuales vive una simpática colonia de pavos reales.

La bahía de Cartagena y sus puertos, civiles y militares, han sido escenario de cruentas batallas en los últimos 2.500 años. Fenicios, cartagineses, romanos, godos, árabes y cristianos, lucharon por el control de la estratégica ciudad del Mediterráneo.

Al norte de Cartagena, muy cerca del Mar Menor, existe una estrecha franja de costa que milagrosamente se ha salvado de ser urbanizada. Es el Parque Natural de Calblanque. He viajado en tren hasta Los Nietos y camino durante un par de horas por terrenos agrícolas atravesando el pueblo (turístico) de Los Belones, ya muy cerca del parque natural. dos horas de caminata para llegar al punto de información de Cobaticas. Es imprescindible hacernos con un mapa. Dedicaremos un rato a documentarnos con los paneles expositores de fuerte impregnación conservacionista. Tomaremos un camino de tierra en dirección al aparcamiento.
Vista hacia el sur que recorreré por la tarde. Vegetación típica del litoral salobre.

Al fondo, caminando por el interior, se perfila un promontorio rocoso que es en realidad una duna fósil petrificada. Hemos dejado atrás la Playa Larga. Una pasarela de madera marca el sendero a recorrer sin pisar la duna y el delicado ecosistema de marisma salobre. No hay ninguna sombra, todo es luminoso.

Salinas del Rasall, abandonadas.

Observatorio ornitológico. Silencio para no espantar a las aves...

Ampliar foto haciendo click. Gaviotas.

Lamentablemente existen accesos y las furgonetas y caravanas campan a sus anchas en esta época del año. Durante los meses de verano el tráfico esta muy restringido e incluso hay un autobús lanzadera para minimizar el impacto de los visitantes.

Mirador de Punta Negra en el estremo norte del parque. Aquí se inician unos imponentes acantilados que permiten "disfrutar" de las vistas sobre las urbanizaciones de la Manga del Mar Menor. Voy a darme la vuelta aquí para conocer el sector central del parque intentando aprovechar al máximo este corto día de noviembre. En la cala de los Déntoles aprovecharé para  darme un baño en las fresquitas aguas del mar Mediterráneo. Toda la playa para mí, ja, ja!
Otro aparcamiento pirata con sus furgonetas y caravanas en primera línea de playa. Es la particular  visión de la "conservación" de la Naturaleza en este  espacio natural de Murcia. Caminaré de vuelta visitando un interesante jardín botánico, el "arboretum" con especies autóctonas y dejando atrás el aparcamiento camino hacia el sur por el camino G.R que recorre la costa. He de contornear por el sur los cerros que se divisan al fondo. La temperatura es agradable y llevo la cantimplora llena. Adelante pues!

Divertido e ingenioso panel que describe el hábitat salobre de Calblanque.

Bosquete de sabina cartagenera, Tetraclinis articulata.

Arbustro frondoso, probablemente de la familia del lentisco.

El lugar está tranquilo y solitario. Hay muchas perdices que hacen cortos vuelos. El oleaje del mar impone su ruido de fondo.  Una pareja haciendo "running" degrada el ambiente con sus walkman a todo volumen con una horrible música electrónica. Me responden con acritud cuando les recuerdo los numerosos carteles que recuerdan la prohibición de hacer ruido y siguen corriendo con su música digital que espanta las perdices y deteriora la atmosfera espiritual de los sonidos del mar.

Playa Parreño, último baño. Al pretender regresar "atajando" al G.R tomo unos atajos poco marcados y desdibujados que me alejan hacia el sur y sobrepaso el cruce que debo tomar para regresar al pueblo de Los Belones y Los Nietos, donde he de tomar el tren de regreso. Finalmente el atajo se une al G.R y consultando el mapa retrocedo y asciendo hacia el interior abandonando la costa. La Casa Azul es una referencia y pronto llegaré a las zonas agrícolas. En un par de horas estoy en la estación de Los Nietos esperando la hora de salida del tren. En total he caminado unas ocho horas y he recorrido aproximadamente la mitad del área protegida. Calblanque es muy interesante y merece ser visitado, pero el litoral murciano soporta una intensa presión agrícola y turística y las zonas protegidas tendrían que ser ampliadas, incrementadas y conectadas. Pero la mentalidad imperante va en otra dirección, por desgracia...

Rambla entre Los Belones y Los Nietos. Hace años algún desaprensivo transportó y abandonó su vieja lancha, ya inservible pero construida con materiales muy perdurables durante cientos o miles de años. Allí sigue y es un testimonio  de la desidia e idiosincrasia de las gentes de este lugar.

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