Inicio excursión desde el collado divisoria entre Latas y Satué. Pista que sube en fuerte pendiente hacia la ladera oeste del monte Santa Orosia y luego va llaneando hacia el norte por encima de los pueblos de Satué y Javierre del Obispo. Se convierte en sendero que se va difuminando y al final se cierra y se pierde. 9 de octubre del 2021. Ampliar imagen haciendo click. Toño, Javi, Chucky y Jesús. Empezamos al atardecer y casi se nos hace de noche. Pero Santa Orosia nos dejará bajar, sanos y salvos.
Cruzando el barranco de Satué el sendero, ya muy borrado, se pierde en un pinar inmenso de fuerte inclinación. Como sólo nos quedan dos horas de luz decidimos atajar monte abajo en dirección a Javierre del Obispo. Tenemos que intentar evitar meternos en los barrancos muy angostos y escarpados. Nos encontramos un escarpe vertical y hemos de volver a remontar penosamente un bosque vertical para ganar el espolón y poder seguir descendiendo. Abajo, lejos aún, divisamos unos prados cultivados. LLegaremos a la confluencia de los dos barrancos.
Parece que saldremos de este intrincado y agotador bosque. Justo aquí empieza un sendero bien marcado que a media ladera remonta por encima del barranco enmarañado e impracticable. LLegamos a los prados y encontramos una pista agrícola.
Este manto de margas nos resulta familiar. Ya estamos cerca de Javierre.
Atrás queda la montaña de Santa Orosia (oro, sía) Monte de torrentes muy fragoso y vertical que puede amilanar a los más expertos. Pero ha sido clemente con nosotros y aunque no hemos podido, o sabido, encontrar la parte final del sendero horizontal, si es que todavía existe, nos ha permitido bajar esquivando barrancos peligrosos y laderas empinadas. Dejarnos atrapar por la noche hubiera sido peligroso. No llevábamos ropa de abrigo. No hace ni dos semas que me operaron de un ojo.
Seguimos la G.R hasta Satué y luego hasta el collado junto a la carretera. Pronto anochecerá. Chucky nuestra perrita ha bajado siempre delante buscando los mejores pasos. Estamos los tres impresionados y con una lección bien aprendida. En otoño no se debe salir de excursión hacia la tarde. Tampoco sin ropa de abrigo.
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