Sendero del Villar, a media ladera entre Rapún e Ibort. Deliciosa caminata por un bosque de repoblación ya bastante naturalizado. Desde el Paso a Nivel de la vía del tren, iniciamos la excursión caminando por una carreterita asfaltada que va a Ibort y pasando bajo la vía el barranco de Abena seguiremos todavía unos cientos de metros hasta encontrarnos una línea eléctrica. Hitos a la derecha y arranca un sendero bien marcado. Una hora hasta Ibort. Muchos hitos. Ampliar imágenes haciendo click.
Pinos laricios, losas y cantiles de caliza y arenisca. En sendero del Villar es francamente encantador. 2 de marzo de 2021. La carretera que va hasta Ibort se toma en la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Sabiñánigo, a la salida en dirección Huesca. Enseguida se llega a un cruce antes del Paso a Nivel de la vía del ferrocarril.
LLegando a Ibort salimos a una pista con una barrera para el ganado. Atentos a una señal BTT al oeste. Por allí volveremos después de visitar el distinto pueblo de Ibort, agrupación neorural donde viven, que no conviven, personas de más de diez nacionalidades distintas. Bonitas casas y esmerados huertos. Ricardo nos proporcionará sus delicados preparados alimenticios listos Take Away. Estimulantes ristras de ajos. Aurelio ofrece plantero muy vigoroso para nuestro huerto.
Regresaremos caminando unos minutos en sentido inverso despidiéndonos de este bonito poblado neorural que no acaba de encontrar el sosiego imprescindible para una convivencia constructiva y solidaria. Hay una señal de BTT y un sendero que sale hacia el oeste y al poco se endereza hacia el norte muy bien marcado por la rueda de las bicicletas. Al principio es por un pinar de repoblación, luego hay robles.
Ya vemos Rapún, pegado a los peñascos (rallas) entre pinos y robles. Esta senda es más directa, y por lo tanto más corta, que la del Villar. Son diferentes, son parecidas, son igualmente coquetas y agradables. Casi sin darnos cuenta estamos bajando a cruzar el Barranco de Abena, cruzaremos un simpático puente y al otro lado llegamos a Rapún en un periquete. Campos, senda o pista. Da lo mismo. Todas van a Rapún.
Barranco de Abena.
Rallas de Rapún. Los taladros han invadido todo el acantilado y siempre hay aquí gente "escalando" en deportiva con su vehículo aparcado a pocos metros del peñascal. El búho real y el halcón peregrino ya no nidifican más en las rallas de Rapún. La Naturaleza retrocede para el ocio éste de gimnasia vertical en que se ha covertido la escalada. Por la carreterita bajaremos hasta el cruce, al otro lado del paso a nivel de la vía del tren, y finalizaremos esta encantadora excursión circular que nos puede llevar unas tres horas escasas de grato paseo sin ninguna dificultad.
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