Nieve recién caída en la parte superior de la Peña Montañesa. Domingo 7 de febrero de 2021. Las nubes juegan a engancharse y desengancharse de esta fortaleza calcárea. Ampliar imagen haciendo click. Elena, Marisa y yo, Jesús. Nos acompañan nuestros perritos Chiqui (macho) y Chucky (hembra) Serán cuatro horas hasta la cumbre. 1.250 m de desnivel.
Señal de bifurcación Tuca y cima principal. Nos ponemos los crampones.
Descendemos unas repisas sobre los abismos de la cara oeste.
Es una larga travesía que suele estar helada pero ha nevado esta noche pasada y el piolet y los crampones son suficientes. Esta sección es la más delicada y expuesta a la caída de avalanchas. Muchos montañeros deciden renunciar.
La Peña Montañesa nos descubre sus hermosos rincones Peñascos abruptos, laderas empinadas y gargantas profundas. Algunos pinos negros dulcifican el paisaje.
Pasada la garganta ganamos altura por donde mejor veamos, ladera oeste hacia la cumbre. La pendiente es de un 40/45º y en ocasiones se encuentra helada y peligrosa de bajar. Peña Montañesa es una fiera y compleja montaña y su cima a veces cuesta esfuerzo de alcanzar. Hoy está sencilla y amable. ¡Gracias Peña Montañesa!
Elena y Chucky llegando a la cumbre. Al fondo Cotiella.
Marisa y Chiqui.
Peña Montañesa 2.300 m. Cielo, roca y nieve.
Jesús y Elena. Al fondo Cotiella. Es hora de bajar. Serán tres horas.
El descenso es rápido y conversamos amigablemente haciendo planes para otras montañas y otras aventuras. Los perritos han demostrado fortaleza, siempre obedientes. Los amos estamos felices viendo disfrutar a nuestros adorables canes.
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