PEÑA EZCAURRE 2.047 m

 
Pista nevada donde son muy necesarias las raquetas de nieve y que arranca pasada la Borda Chiquín (Ansó), afamada por sus deliciosas migas a la pastora. Gana altura en empinadas lazadas y luego por pendientes buscando un rellano donde hay una cabaña pastoral limpia y confortable,  y luego el collado justo al sur de la Peña Ezcaurre. Bordeamos al oeste el minúsculo ibón de Ezcaurre (1.700 m) hasta descubrir una rampa diagonal con pinos que nos permite remontar el flanco escarpado de la cara sur. Ampliar imagen haciendo click. 19 de enero de 2021. Tiempo de ascensión en torno a cuatro horas para 1.000 metros de desnivel. Serán tres para bajar.

Rampa diagonal bordeada por unos pinos donde son imprescindibles los crampones y el piolet pues por la mañana temprano la nieve está helada. Solo neveristas expertos deben aventurarse en el montañismo invernal, siempre expuesto y comprometido.

Arriba en lo alto descubrimos la extensa complejidad de esta montaña rocosa y prominente, con distintos lomos y mesetas, que se precipitan sobre el abismo vertiginoso de la cara este. Hacia el oeste el Pirineo navarro destacando el pico Ory.

Vista hacia el este: Los Alanos. Profundo, abrumador, el congosto del río Veral.

Formidable circo oriental de Peña Ezcaurre.

Oscar y Jesús azotados por un frío y agobiante viento, el Titán Invisible.

Jesús (65) con toda la ropa de abrigo, disfrutando del panorama.

Sin niebla y luciendo el sol (el viejo payaso) no hemos tenido dudas para encontrar el descenso y la nieve estaba más tierna y amistosa, pero la fuerte pendiente requiere siempre mucha atención. Ahora bordeamos la hoya del ibón y alcanzamos el collado, la cabaña y las fáciles pendientes de nieve que bajamos con los crampones. En la pista volvemos a ponernos las raquetas. Los bares están cerrados en Ansó y Hecho, pero en Puente la Reina está el restaurante Anaya con magníficas raciones para reponer fuerzas. Ha sido una jornada hermosa y exigente.