martes, 11 de junio de 2019

SANTA MARÍA DE VALLARÁN. EL BOSQUE ENCANTADO.

Desde unos metros antes de la bifurcación Orús-Fanlillo, pasado Yebra de Basa, se inicia el camino de Santa María de Vallarán cruzando el río por grandes bloques de piedra y hormigón. Ampliar imagen haciendo click.

Pista en suave ascenso hacia el sur.


En 30 minutos llegamos a la ermita de Vallarán (Valle del río) cuyos orígenes andan por el siglo XI. La construcción es humilde, con piedra del lugar, sin cortar ni elegir. Gemelo de Orante y San Benito de Erata, Santa María de Vallarán es un enclave que trasmite paz, belleza y serenidad. Carece de techumbre.


Ahora remontaremos barranco arriba hacia el sur en dirección a la collada Saravilla, límite divisoria de aguas con la Guarguera.

Ahora entendemos lo de Vallarán. Un arroyo apacible de aguas cristalinas.

Cómodas pasarelas de madera, de vez en cuando.

En hora y media desde el inicio alcanzamos la collada Saravilla.

Al norte Yébra de Basa y Santa Orosia. Al fondo los Pirineos. Collarada y Peña Telera.

Al sur la Guarguera y Sierra de Guara. Monte Buitrera, 1.550 m.

Es fácil perder la senda y tropezar. Los erizos pinchosos amortiguan la caída.



Descenso por Vallarán. Haya gigante. Frescor y belleza.

Manantial murmullante. Pequeña cascadita. ¡Qué hermosura!

A la sombra de estos tilos, mi árbol favorito, Toño nos fotografía a Chucky y a mi, Jesús Vallés. Vallarán y su ermita son una deliciosa excursión suave y apacible. Muy recomendable.

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