Gruta confortable, cota 2.600 m en la masa rocosa del Monte Perdido. Acabamos de llegar tras cinco horas de marcha desde la pradera de Ordesa y justo se desata una poderosa tormenta eléctrica. Mañana subiremos el pico Marboré si el tiempo lo permite. 14 de junio de 2021. Ampliar imagen haciendo click. Pep, Jesús y yo.
Inicio aproximación. Pradera de Ordesa. Cuatro horas hasta Goriz. Una más hasta nuestra gruta. LLevámos sacos, esterillas, hornillo y comida para dos días. Intentamos ser autónomos. Es el montañismo a la antigua el que nos gusta.
Después de dos horas de lluvia, granizo, rayos y truenos, la atmosfera se ha enfriado. Cenaremos unas sopitas y a dormir. Pero por la noche entra un viento cálido del sur y sentimos calor en nuestros sacos. A las 5 nos levantaremos para calentar el café y partir hacia la cumbre. Amanece con nubes y claros. Hay que superar el escalón rocoso y por encima oblicuar al oeste en busca del amplio y amable valle que nos conducirá al Marboré. Piolet y crampones. Muchos hitos. No hay pérdida. Diagonal noroeste.
La ruta se define hacia un embudo amplio, al norte, con pendientes heladas de 40º en ligero oblicuo de derecha a izquierda. Importante rellano y cuesta de nieve hasta la espaciosa cumbre del Marboré. Al fondo el Cilindro de Marboré y su elegante pitón.
Foto: Pep. Dos compañeros de profesión recién jubilados pero llenos de ilusión.
Cara Norte de la Torre de Marboré que escalé en 1977. Vía Ravier.
Afilada Arista Passet (Cazalet-Mailly) al Marboré. Ésta la escalé en 2004.
Descendemos con rapidez. Pronto llegarán los chubascos. Son las 9 h y ya estamos de vuelta. Recogeremos nuestro equipo en la gruta y bajaremos al valle en unas cinco horas, parando en Goriz a tomarnos un vermouth. Todo nos ha salido bien y supimos bregar con la tormenta calculando nuestra posición. Marboré: Te queremos!